La conmemoración del 37mo aniversario de nuestra filial fue un éxito. En nombre de la misma queremos agradecer a todos aquellos que colaboraron para que la fiesta pueda realizarse.
A los que dedicaron horas para habituar el lugar, a aquellos que movieron cielo y tierra para que no falte nada, a quienes se hicieron cargo de que el video tenga nuestros testimonios y, principalmente, a todos los que se hicieron presente y acompañaron con predisposición y buenas vibras.
Párrafo aparte para la gente del Club Iris que no sólo nos brinda un espacio: nos ayudan, nos abrazan, nos contienen. Para Pachangueros y los tangos racinguistas de Alba, que quisieron estar y deleitarnos con su música. Al departamento de filiales, Tigre y Zona Norte, jugadores y dirigentes que viajaron hasta nuestra ciudad para estar.
Racing y vino para todo el pueblo argentino
Una bandera de trece metros de ancho por tres de largo resaltaba y hacía lucir un improvisado escenario, que luego, a primeras horas de la madrugada, era el testigo perfecto de los cantos de alegría que se hacían eco de los temas “pachangueros”.
El salón del Club de calle 23 estaba acondicionado para las circunstancias. Un grupo de no menos de quince personas había montado, desde el jueves y hasta horas antes de la fiesta, una escenografía que contaba con banderas, telas celestes que recubrían las paredes y no menos de veinte mesas, que en forma de peine, esperaban ser habitadas por la comunidad racinguista platense.
Minutos antes de las diez de la noche el lugar estaba completo: palabras de agradecimiento y menciones especiales oficializaron el comienzo del encuentro, que por segundo año consecutivo ha logrado realizarse.
Entre las casi doscientas personas presentes se distinguían racinguistas de cualquier género y edad. Podían verse familias enteras que conforman las distintas generaciones académicas radicadas en nuestra ciudad, como así también personas que le han dado a la filial un prestigio y un espacio importante dentro de la institución.
Cuando los mozos terminaron de servir las últimas porciones de pizzas, Alba y compañía hicieron irrupción en el centro de la escena, y con cinco tangos interpretados a pura pasión dieron ingreso al video homenaje a Rubén Juárez, académico de ley, como Gardel como Eladia Blázquez.
Racing, asado y vino le siguieron a los tangos, antes de que otra filmación acaparen la atención de la parcialidad racinguista. Ésta, con distinta emotividad y más propia de los allí reunidos, atestiguaba las anécdotas y aventuras que a lo largo de la vida fue trazando La Academia en nuestra cotidianeidad.
La emoción le dio entrada a los bombos y la percusión a los cánticos, que en pocos minutos se transformaron en pedido de victoria contra Boca a los jugadores presentes. Lucas Litch se hizo cargo del micrófono y prometió un triunfo en el maloliente estadio porteño, haciendo explotar el salón de 23.
Llegada la medianoche, Iris comenzó a despejarse y sólo algunos entusiastas seguían tarareando la música que Pachangueros adaptaba a las versiones de cancha. El postre, la torta, el champagne y finalmente el fernet se apoderaron de la escena y actuaron como previa de lo que luego continuaría en algún boliche nocturno de la ciudad.
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